Mar
16
2017
Cuatro años después. Segunda parte del análisis de Gianni Valente. Cuando la fe cristiana es suplantada por la ideología religiosa
La hostilidad eclesiástica militante contra Papa Francisco, en sus diferentes gradaciones, no tiene precedentes en la historia del los últimos siglos.
El ruido invadente y los ataques, el ritmo obsesivo-compulsivo de los ataques en equipo, con conexiones y frecuencias coordinadas a nivel internacional, de verdadera «guerra de liberación», en contra del actual Sucesor de Pedro por parte de individuos y redes coordinadas mediático-clericales tiene motivaciones prosaicas. Cuando Papa Francisco hizo saltar por los aires los automatismos relacionados con ciertas sedes episcopales tradicionalmente «cardenalicias», quedaron desorientadas las laboriosas estrategias con las que los grupos eclesiásticos «vencedores» ya habían comenzado a situar futuros grandes electores para los Cónclaves de los lustros y décadas del futuro. También los primeros nombramientos episcopales importantes dieron a entender que ya no tenían lugar los juegos y las afiliaciones con los que desde hace tiempo era seleccionada la mayor parte de los obispos. Pero esto no explica todo.