Por Carlos García de Andoin. Presidente de la Asociación Iglesia Viva
Covid-19. Ni nuestras sociedades ni nuestros sistemas de protección y defensa habían previsto el riesgo de una pandemia así. La gripe A en 2009 nos había llevado a la conclusión más escéptica. Las alertas médicas resultaron alarmistas, y al final, todo quedó en un pingüe negocio para la farma-industria. Ahora sí, tenemos la experiencia social de una pandemia, y de cómo es posible que, sin armamento nuclear, la vida natural ponga en jaque la vida humana, el sistema sanitario y residencial, la economía y el empleo y también la política, la cual queda infectada en varios frentes.
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