¿Para qué sirven los monjes y monjas? ¿Es la vida monacal una mera reliquia del pasado? ¿Puede un monasterio tener un influjo social y político en el mundo de hoy? ¿Se puede desde un monasterio ayudar a construir un mundo más justo y fraterno en este mundo?
Aunque haya casos esporádicos de monjes y monjas que salen en los medios, la vida de estas personas sigue siendo un misterio para la mayoría. IGLESIA VIVA se ha cuestionado en su número 260 la dimensión social y política de vida monacal. Y para ello ha dado la palabra a esas personas. Un benedictino brasileño, Marcelo Barros, el prior de Poblet, Lluc Torcal y unas monjas trinitarias de Cantabria nos responden sorprendentemente a esas preguntas.
Pero en dicho número hay más cosas.
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Mi comentario consiste en decir que aún no he podido entrar desde mi cuenta en un trabajo que me interesa muchísimo leer, como es el de la vida monacal a debate. Si alguien pudiera ayudarme…se lo agradezco desde ya.
Interesantísimo el tema elegido y todo el índice de este número. Voy apenas en la preentación; comento algunas ideas que me ha sugerido su lectura:
a) Quizá esté claro para la mayoría de personas lectoras, pero entiendo que se usa “vida monacal” en sentido estricto, que no es sinónimo de “vida religiosa”. ¿Entiendo bien? Si entendí bien, creo que parte de la respuesta sobre la pertinencia de la vida monacal incluye un recuento y evaluación del proceso histórico por el que se crean experiencias no monacales de vida religiosa. Y si (en mi opinión, como hipótesis de trabajo) las líneas entre ambas son más flexibles y con vasos comunicantes.
b) Muy sugerente la presentación de los textos de Marcelo, Lluc y de las hermanas trinitarias. Me encanta que las hermanas hayan escrito colectivamente, siendo un apasionado de la sistematización de experiencias comunitarias, veo un enorme tesoro en que hayan dado ese paso. Conforme leía esta sección, vinieron a mi mente dos grandes referentes del papel positivo que pueden tener monjas y monjes más allá de sus celdas: Teresa de Lisieux (mujer católica) y Sergio de Radonezh (varón ortodoxo).
c) La referencia a las monajas y los monjes asesinados al principio de la guerra civil en España me ha traído a la mente el largo martirologio de religiosas y religiosos en latinoamérica. Hace poco conmemoramos a las hermanas Ita, Maura, Dorothy, junto con la misionera laica Jean; asesinadas en El Salvador. Y en las manifestaciones por la localización y justicia para los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre de este año en México, ha sido muy notable la presencia de religiosos y religiosas, incluso de congregaciones de vocación monacal. Ha habido y sigue habiendo mucha vida entegada a la humanidad.
d) Agradezco el DEBATE sobre la corriente de ortodoxia radical. Lo poco que he leído al respecto me pone más en ánimo de preocupación; será bueno leer ambas visiones
e) Felicitar nuevamente el esfuerzo fiel y cotinuado de Iglesia Viva.
abrazos y esperanzas
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