La «prepotencia y tiranía» ejercitada por los sumos sacerdotes, hoy

SANTA MARTALas homilías diarias del papa Francisco en Santa Marta son siempre una sorpresa. A veces son una desconcertante denuncia de cómo funciona la Iglesia con sus dirigentes clericales y defensores de la ley a toda costa. Hoy ha hablado, a partir del evangelio del día, de quienes se sentaban en la cátedra de Moisés y lo ha aplicado aplicado con una fuerza de lo normal a quienes hoy están seducidos por el clericalismo. ¿Puede ser más directo y concreto Francisco?

Trascribimos el resumen hecho por Vatican Inside y publicaremos el resumen oficial cuando aparezca en español en la página del vatican.va.

El mal del clericalismo, presente en tiempos de Jesús y todavía hoy en la Iglesia, es una «prepotencia y tiranía» para con el pueblo fiel de Dios por parte de los sumos sacerdotes que, olvidándose de Abraham y de Moisés, instrumentalizaron la ley creando una «intelectualista, sofisticada, casuística». Lo dijo el Papa en la homilía que pronunció hoy, 13 de diciembre, durante la misa matutina en la Capilla de la Casa Santa Marta. Francisco subrayó también que «el pobre Judas traidor y arrepentido no fue acogido por los pastores».

El pueblo humilde y pobre que tiene fe en el Señor es la víctima de los «intelectuales de la religión», «los seducidos por el clericalismo», que en el Reino de los cielos serán precedidos por los pecadores arrepentidos, advirtió el Pontífice argentino, según indicó la Radio Vaticana. Reflexionando sobre el Evangelio del día, en el que Jesús se dirige a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos del pueblo, Francisco recordó cuál era el papel de estos últimos: «Tenían la autoridad jurídica, moral, religiosa», «decidían todo». Anás y Caifás, por ejemplo, «juzgaron a Jesús», fueron los sacerdotes y los jefes los que «decidieron matar a Lázaro», y Judas fue a verlos para «negociar» y así «fue vendido Jesús». Un estado de «prepotencia y tiranía hacia el pueblo» al que llegaron, dijo el Papa, instrumentalizando la ley: «Pero una ley que ellos rehicieron muchas veces: muchas veces, hasta llegar incluso a 500 mandamientos. Todo estaba regulado, ¡todo! Una ley científicamente construida, porque esta gente era sabia, conocía bien. Hacían todos estos matices, ¿no? Pero era una ley sin memoria: se habían olvidado del Primer Mandamiento, que Dios dio a nuestro padre Abraham: “Camina en mi presencia y sé irreprensible”. Ellos no caminaban: se quedaron parados siempre en las propias convicciones. ¡Y no eran irreprensibles!». Ellos, continuó el Papa, «se habían olvidado de los diez Mandamientos de Moisés»: «Con la ley hecha por ellos», «intelectualista, sofisticada, casuística», «cancelan la ley hecha por el Señor», les falta la memoria «que conecta el hoy con la Revelación».

Su víctima, como fue Jesús, es el «pueblo humilde y pobre que confía en el Señor», «los que son descartados», subrayó el Papa, que conocen el arrepentimiento, aunque no cumplan la ley, y sufren estas injusticias. Se sienten «condenados», «abusados», subrayó Francisco, por quien es «vanidoso, orgulloso, soberbio».

Y un «descarte de esta gente», observó el Papa, fue también Judas: «Judas fue un traidor, pecó muy feo, ¿eh? Pecó fuerte. Pero luego el Evangelio dice: “Arrepentido, fue a verles y a devolver las monedas”. Y ellos, ¿qué hicieron? “Pero, tú eres nuestro socio. Quédate tranquilo… ¡Nosotros tenemos el poder de perdonar todo!”. ¡No! “¡Arréglatelas como puedas! ¡Es problema tuyo!”. Y lo dejaron solo: ¡descartado! El pobre Judas, traidor arrepentido, no fue acogido por los pastores. Porque estos se habían olvidado de qué era un pastor. Eran los intelectuales de la religión, los que tenían el poder, que sacaban adelante la catequesis del pueblo con una moral creada por su inteligencia y no por la revelación de Dios».

«Un pueblo humilde, descartado y apaleado por esta gente». También hoy, observó Francisco, en la Iglesia suceden estas cosas. «Existe aquel espíritu de clericalismo», dijo el Papa: «Los clérigos se sienten superiores, se alejan de la gente», «no tienen tiempo para escuchar a los pobres, los que sufren, los encarcelados, los enfermos». «¡El mal del clericalismo es una cosa muy fea! Es una nueva edición de esta gente. Y la víctima es la misma: el pueblo pobre y humilde, que tiene esperanza en el Señor. El Padre siempre ha tratado de acercarse a nosotros: envió a su Hijo. Estamos esperando, esperando en espera alegre, exultantes. Pero el Hijo no ha entrado en el juego de esta gente: el Hijo fue con los enfermos, con los pobres, con los descartados, con los publicanos, con los pecadores (y es escandaloso, aquello…), con las prostitutas. También hoy Jesús nos dice a todos nosotros, y también a los que son seducidos por el clericalismo: “Los pecadores y las prostitutas irán antes que ustedes en el Reino de los cielos”».

En la Misa de esta mañana en Santa Marta participaron los nueve cardenales que ayudan al Papa en la reforma de la Curia y en el gobierno de la Iglesia universal, el llamado «C9». Se encuentran reunidos en su 17a reunión, que comenzó ayer y concluirá mañana, con el Pontífice.

One comment on “La «prepotencia y tiranía» ejercitada por los sumos sacerdotes, hoy

  1. Antonio Toston De la Calle 6:56 pm 18 Dic,2016

    Me parece que el papa ha hablado en un lenguaje muy conectado con el sentido que viene siendo ya bastante común entre los que un dia fueron católicos. Esa casta sacerdotal ha hecho estragos entre los pueblos que fueron bautizados a lo largo de los siglos de existencia de la iglesia católica. Primero fue Lutero en el siglo XVI el que desató el movimiento protestante que la dividió en dos, pero que exacerbó la radicalidad del catolicismo con Trento, fortaleciendo una Inquisición criminal, cuyas hazañas son conocidas por todos, cuyas raíces ya venían de antes, contaminando a la rama protestante en la caza de brujas y herejes. El acierto de Lutero sacó la versión alemana de la Biblia y la convirtió en algo cotidiano en la vida de las gentes, sin que ello tuviera su correspondencia con el catolicismo, que la siguió manteniendo lejos del pueblo para que no hiciera un libre examen de la misma.Yerra, sin embargo el papa cuando habla y dice que Dios mandó a “su hijo” a la tierra, como si Jesús de Nazaret no fuera hijo de hombre, nacido de mujer como todos los mortales, si bien sigue, por lo que se ve manteniendo las historias de la encarnación por medio virginal de una mujer y toda la retahila de sucesos milagrosos. Jesús es un ser humano, nacido como todos los seres humanos, aunque ciertamente, un ser excepcional. Pero sigue en la postura de privarnos a la Humanidad de ese origen divinizándolo, y manteniendo la postura MITICA DEL PECADO ORIGINAL Ningún ser humano ha venido al mundo con tal carga o culpa, siendo como todos falible y limitado pues también fue mortal, no inmortal. Lo que si hizo fue mostrar una forma de vivir su humanidad de una manera ejemplar, mostrando una coherencia en sus palabras y sus hechos dificilmente igualables. Y quizá, por primera vez, la impresión que llega con toda su fuerza hasta nuestros días, que su vida y su obra no había quedado rota definitivamente con su muerte y que aún sin verlo por los ojos del cuerpo estaba presente. Y que fueron sus palabras “haced esto en memoria mía”, en su última comida o cena una muestra de esa idea. Y que se confirma otra vez cuando recalca: “Cuando dos o más se reúnen en mi nombre allí estaré yo”. Por tanto, “hijo de Dios, sí”, pero “como todos”. Resucitado, sí, pero como todos”. Y que ello haya sido así es la esperanza de la Humanidad entera, en que sin ser dioses, sólo seres humanos, tengamos el mismo fin, eterno fin.

     

     

     

     

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