Actualizar la liturgia

Castillo       José María Castillo va a iniciar una serie de reflexiones sobre todo lo que hace falta actualizar en la Iglesia a los cincuenta años del Vaticano II, que solo inició una reforma pero a mitad del siglo XX, no en el siglo XXI. Empieza por la Liturgia. ¿No le podríamos acompañar en estas reflexiones con comentarios que ilustren aspectos del tema o aporten enlaces interesantes?

Se sabe que el difunto cardenal Martini le dijo al papa Benedicto XVI que la Iglesia lleva doscientos años de retraso respecto a la sociedad y a la cultura actual. Supongo que Martini se refería al ejercicio del poder y al sistema de gobierno eclesiástico. Si el cardenal le hubiera hablado al papa de la liturgia, lo más probable es que le habría dicho que la Iglesia lleva un retraso de más de mil años.

No estoy exagerando. Basta repasar la excelente y documentada historia de la misa, de J. A. Jungmann, para caer en la cuenta de que la estructura de la celebración eucarística, el lenguaje que en ella se utiliza (aunque esté traducido del latín), la mayor parte de los gestos rituales y el conjunto de la ceremonia, todo eso se quedó anclado y atascado en lo que se hacía y se expresaba según el lenguaje y las costumbres de la Alta Edad Media. O sea, según los usos y formas de expresión que eran actuales en los lejanos tiempos del siglo quinto al octavo. Sin duda alguna, se puede afirmar que no existe ninguna otra institución, por más conservadora que sea, que se comporte de esta manera. ¿Y nos sorprende que haya tantos cristianos que apenas van a misa?

Por esto conviene reconocer que la Constitución sobre la Liturgia, del concilio Vaticano II, hizo bien a la Iglesia en algunas cosas, por ejemplo al permitir la traducción del latín a las lenguas actuales. Pero también es cierto que aquello fue una “actualización” que se quedó muy corta. Seguramente porque faltó tiempo, la debida preparación y las condiciones indispensables para afrontar los problemas más de fondo y más actuales que afectan a la liturgia, los rituales, los signos, los símbolos y los embrollados y actualísimos temas relacionados con la comunicación entre los seres humanos. Sobre todo cuando se trata de comunicar y poner en claro cuestiones tan complicadas como es todo lo que se refiere a nuestras relaciones con “lo trascendente”. Y sabemos que eso precisamente es lo que se pretende en la liturgia. ¿Por qué habrá tantos católicos más preocupados por ser fieles al Catecismo que por afrontar y resolver estos problemas tan serios y apremiantes?

 

One comment on “Actualizar la liturgia

  1. Pascual 9:18 pm 29 Jul,2015

    Hoy precisamente hemos estado interviniendo en otro foro, en el que abundan los intemperantes verbales, para hablar sobre las incongruencias de la celebración, del rito, del ordo, de las lecturas, de las invocaciones, de ciertas preces de la misa, en una época, decía y afirmo en que la Teología ha avanzado muchísimo y en la que hay bastantes personas en estado permanente de estudios, reflexiones y trabajos referidos a ella y en particular a la Cristología, y por ende a la pastoral incluso sin ser pastores sino entusiastas de Jesús y los Evangelios.

    Hay una gran cuestión por la que frecuentamos la misa; a ello nos mueve la fe y la certeza que la validez de esos ritos anacrónicos infunden energías tanto a los que estamos dentro de un templo como a los que están fuera, como decía Teilhar, que esa energía nunca queda invalidada, nunca jamás es inútil. La cita exacta la aportaré a lo largo del estudio de Castillo.

    Creo que será muy oportuno hacer un adecuado análisis de todo lo relativo a la misa y, tan importante como su estudio,creo, la derogación del cumplimiento del precepto dominical o Mandamiento de la Santa Madre Iglesia, bajo la amenaza para la pobre gente de “pecado mortal”.

    Bienvenida sea esta iniciativa que recibo con sorpresa e ilusión en Iglesia Viva.

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