Verdad y posverdad en el discurso público

Ante la próxima aparición del número 285: Verdad y Posverdad
Iglesia Viva, en colaboración con otras instituciones italianas,
organizó el viernes 26 de Marzo un encuentro sobre el tema:

Los intervinientes son autores del referido número:

  • Antonio Cecere, desde Roma
  • Teresa Forcades, desde Montserrat
  • Salvatore Patriarca, desde Roma
  • Introduce y modera: Cristina Guarnieri

Puedes acceder a toda la sesión grabada, en este enlace:

https://vimeo.com/515284763/573f25cb36

8 thoughts on “Verdad y posverdad en el discurso público

  1. Gerardo García Cabrero 7:49 pm 19 May,2022

    Recuerdo cuando se emitió este coloquio, que Teresa Forcades había expuesto esos dos conceptos: que algo sea fidedigno y/o sea (ese u otro) algo, desvelado; y que yo había resonado con ellos. Quiero decir, que me gustaron el אמת (“emet”) hebrero y el Aleteia griego, por “verdadero, digno de confianza, etc.”; y, “hacer visible algo que está velado, descubrir, exponer, etc.”,  respectivamente.

     
    Sírvanme las citas siguientes para aterrizar en el McLuhan de “el medio es el mensaje” +  “el medio es el masaje… distractor”, para justificar a medias mi falta de reflejos y olvido momentáneo del Charles Ives de “Ensayos ante una sonata”, del que sólo intentaré traducir hasta la palabra prophecy, del primer párrafo (abajo) de su ensayo sobre Ralph Waldo Emerson, en Gutenberg project, en https://www.gutenberg.org/files/3673/3673-h/3673-h.htm)…

    “Le ha parecido a [este] escritor [Ives], que Emerson es más grande─su identidad más completa quizás─en los ámbitos de la revelación─desvelamiento natural─que en aquéllos de la poesía, filosofía y profecía.”
     
    “It has seemed to the writer, that Emerson is greater—his identity more complete perhaps—in the realms of revelation—natural disclosure—than in those of poetry, philosophy, or prophecy. Though a great poet and prophet, he is greater, possibly, as an invader of the unknown,—America’s deepest explorer of the spiritual immensities,—a seer painting his discoveries in masses and with any color that may lie at hand—cosmic, religious, human, even sensuous; a recorder, freely describing the inevitable struggle in the soul’s uprise—perceiving from this inward source alone, that every “ultimate fact is only the first of a new series”; a discoverer, whose heart knows, with Voltaire, “that man seriously reflects when left alone,” and would then discover, if he can, that “wondrous chain which links the heavens with earth—the world of beings subject to one law.” In his reflections Emerson, unlike Plato, is not afraid to ride Arion’s Dolphin, and to go wherever he is carried—to Parnassus or to “Musketaquid.” 
     
    Un poco, estos párrafos de Ives sugieren que Emerson podría posarse lejos de la verdad o de la revelación cuando, lo mismo que dice McLuhan sobre sus propias ideas-sonda, invade lo desconocido para intentar perseguir algo fidedigno (o nutricio, como apunta TF) o descubrir la naturaleza de algo, no vista hasta entonces. Igualmente, el diálogo al final del vídeo, me parece un esbozo o sondeo hacia  plantear caminos colectivos de búsqueda. 
     
    De poco nos valen las advertencias McLuhianas o las de los participantes en este vídeo: nuestra filiación hacia los términos fijos busca acotaciones “definitivas”. En entrevista para la revista Playboy de marzo de 1969 (que recomiendo leer o traducir del texto original), McLuhan le dice al entrevistador que, desde luego, el contenido del mensaje es importante, pero que los medios eléctricos a partir de la televisión, no permitían el procesamiento instantáneo de los mensajes por parte de la colectividad, inmediatez que sí era posible en las sociedades tribales. Y, que por lo tanto, era necesaria una educación sobre la naturaleza de los medios que atenuara la violencia inherente a esa “inmersión totalizante” que estaba propiciando una “retribalización” carente de valores humanísticos. Espero no estar tan errado al decir que “retribalización” para McLuhan, en esas circunstancias de la preponderancia abrumadora de la televisión en la sociedad norteamericana de los 1950-60s, era la sustitución de un entorno “visual” (el de la letra impresa, del alfabeto fonético, los tipos móviles de las imprentas precursores de la línea de montaje y de la uniformización) por un entorno “auditivo” tal como se daba en los colectivos tribales. La realidad lineal (y sus acompañantes, tiempo y espacio) daba paso a la simultaneidad auditiva totalizante de la realidad tribal… nuevamente. 
     
    Tampoco es un concepto fácil de asir cuando McLuhan aclara que “medios” (del inglés “media”, que nos fue inculcado y heredamos con el significado “medios masivos de comunicación”) se refiere a todo aquello que “extiende” una función del ser humano; y, que abarcaba el vestido, herramientas, etc., que se integraban al ser humano como un órgano más. Los “medios eléctricos” constituían una extensión del sistema nervioso. Difícil es aceptar que no se tiene el control de algo que hemos construido desde cero; que no exista, como dice el amigo Salvador, una separación real entre esas creaciones y nosotros; aceptar que sean una extensión de nosotros mismos como un órgano más; o, que cuando echamos a andar dichos medios, aceptar que no sea posible enterarse a cabalidad de sus efectos sobre nosotros mismos. 
     
    ¿Sería saludable aplicar esa mirada “pre-transhumanista”, que también barruntó McLuhan? Conceder por ejemplo que el libro es una extensión de nuestro organismo, que lo conecto a mi cerebro, lo sustituyo por otro y lo vuelto a reconectar… como un casete. Si conecto el Evangelio de Marcos y aplico el buscador, podré encontrar una frase cualquiera: por ejemplo, “El que no está contra nosotros, está con nosotros”. Gerardito, al que aún no se le sustituyen algunas viejas neuronas de 32 bits, le saltan las alarmas y demás reminiscentes del atraso en la actualización de su sistema: sudoración, sonrojo, melancolía, hasta urgencias sanitarias. 
     
    La oficina de soporte al cliente le asegura que no es un error del sistema, y le sugiere que consulte las otras extensiones de su navegador: la punto mat, la punto luc , y la punto jn
     
    En una de las tres encuentra: “El que no está conmigo, está contra mí”. Vuelve a llamar a soporte al cliente y le contesta la máquina una y otra vez: “revise el contexto de su sistema operativo”. Gerardito decide ignorar la advertencia “revise el contexto”, desconecta el sonido y se va por la libre: unos hilos conductores le llevan a una cruzada, a otra, etc. Otros, a Teresa de Calcuta, Casldáliga, Vicente Ferrer, etc. con el metadato india-indiano dando la tabarra; y otras advertencias del sistema que ya no pudo oír porque había desconectado el sonido. Ahora, cada vez que llama a soporte al cliente le saltan imprecaciones como la de Bush hijo a Michael Moore: “búscate un trabajo de verdad”. Extenuado, decide retomar el hilo de Marcos, y la cosa va bien (el contexto, el contexto, el contexto) hasta el gran final… ¡Eureka! mi vieja leyenda: “niño latoso fastidia con el pulgar al abejorro, el abejorro se defiende, el shock cuasi anafiláctico no se hace esperar, la abuela que sabe imponer las manos no se limita a eso, le da el abrazo del oso y le aplica las nanas correspondientes, el papá que era de los que agarraban víboras con las manos le promete al Santo Niño de Atocha que si el latoso se recupera, le hará una visita reglamentaria”.
     
    Gerardito está de plácemes, decide recontratar el servicio. Soporte al cliente le agradece la preferencia, enciende la grabación de la conversación y le aclara que el “addendum médico” de la extensión mc (el Evangelio de Marcos) no entra en la garantía del contrato. Como un plus a su contrato premium le descargan la cláusula de confidencialidad del mantenimiento del addendum: era un divertimento de los programadores. ¿Entonces…? intenta aclarar Gerardito. “Gracias por su preferencia” es lo que alcanza a eschuchar antes de cortarse la comunicación.
     
    Insatisfecho (¡otra vez!) con su contrato, sobre todo en lo que se refiere a los servicios dentales y psiquiátricos, decide cobrar venganza; la más incruenta, sin llegar al nivel del Son: “el ganso le dice a la gansa ¡ven! ¿Cómo se llama la obra? ¡Ven gansa, ven gansa, ven gansa!”
     
    Cambiamos el tono para instalarnos en el páramo, pero sin desfallecer. Lo de las noticias falsas no sólo tiene narices, sus raíces pueden ser muy antiguas. Como sugieren los académicos Pierre y Jacques de Lacretelle en su libro sobre Racine. En la tragedia Mitrídates, que llegó a ser el drama preferido de su patrón Luis XIV y base de la ópera de Mozart, apuntan los Lacretelle, Racine “Ya posee tal maestría en el arte, que unas tablas son para él como un trampolín. Violenta la Historia y en ella encuentra lo que le conviene incluso contra sus íntimas preferencias. Tal puede ser el caso de ese rey asiático, que encontró entre los historiadores romanos de la decadencia y en Plutarco. […] La intriga de Mitrídates ─para sostenerse─ necesita del flujo y reflujo de las batallas, de las noticias verdaderas o falsas, que desencadenen en los personajes una decisión.”
     
    Cuando leíamos estos párrafos la primera  vez, el fragor del trumpismo y sus imitadores generaban titulares casi a diario, sus detractores daban cuenta de ello, amplificando aún más sus efectos. Y el resto de la reseña de los Lacretelle sobre el Mitrídates de Racine nos pasó bastante más desapercibidos. Y es tal vez lo que dicen sobre el personaje femenino de la obra, Mónima,  lo que conviene rescatar cuando se trata de caracterizar publicaciones como las del ABC de los Sábados consecutivos del  7 y 14 de mayo de 2022 que lanzan sendos ataques contra Teresa Forcades e Irene Montero, respectivamente. 
     
    Sin dejar de arrimarnos a lo facilón que pueda ser el buscar en dichas publicaciones lo raciniano que pueda haber si es que se incluyen  “violencias de la Historia (en este caso, la materia de los artículos) y encontrar en dichas violencias lo que le convenía a la autora incluso contra sus íntimas preferencias; y que los artículos necesitaron del flujo y reflujo de batallas, de noticias verdaderas o falsas que desencadenasen en los personajes (¿los lectores?) una decisión”; lo semiótico de presentar las mejores imágenes de las dos ¿que les ayudase a decidir a los lectores de la página opuesta, la de los datos de la bolsa de valores?; lo macLuhiano de la recomendación de dudar pensar que entendemos lo que nos sucede al usar el medio en el que publicamos o leemos, y no tanto el que sea o no sea un medio eléctrico en sí el periódico en papel, si no que el entorno ambiente sí lo es y la inmersión a la que estamos sometidos es total: el “masaje” al que nos somete nos impide ver el proceso en el que estamos inmersos; o, lo de esgrimir el añadido médico del Marcos evangelista para rasgarnos las vestiduras al ver el cepillado de dicho addendum de las “terapias no  homologadas” en un medio católico. 
     
    Decíamos que sin dejar de arrimarnos a todo esto, el hallazgo del texto de los Lacretelle sobre la tragedia Mitrídates de Racine nos parece más revelador, e imparcial. Transcribimos enseguida lo que subrayan sobre el personaje femenino (como la autora y las sujetos de los artículos del ABC), Mónima, con las probables disonancias que Racine había logrado colar para consumo de los poderosos. Ahora que, en estos tiempos de guerra, los poderosos requieren ser “masajeados” con algún medio que los distraiga de la ruta trágica que el rey del Ponto no pudo evitar. Perdonar la extensión del extracto del libro de estos académicos franceses, versionados al español en la Colección Austral de Espasa-Calpe el año de 1974.
     
    “En esta hermosa panoplia histórica Racine vislumbró, además, la lucha de esos reyes de Asia contra el pulpo romano. Sucumben tanto a la astucia como al Poder. De los dos hijos de Mitrídates, el primero colabora con el enemigo, y el otro, Jifarés, se juega la otra baza. Es que necesita, si quiere suceder a su padre, inspirarle confianza y borrar la traición política de su madre, Estratónica.
     
    También Racine se mostró muy buen estratega. Y por esto sin duda Luis XIV se interesó tanto por la obra. Estratega no tanto de los corazones como de las batallas. El quimérico desquite de Mitrídates, el plan de invasión que propone en el tercer acto, aunque un tanto largo para una tragedia, es el que más se graba en la mente de los grandes jefes. Carlos XII, entre la espada y la pared, mandaba que le leyeran Mitrídates. Napoleón había de repetir este verso: «Sólo serán vencidos los romanos en Roma.» Más cercano a nosotros, otro conquistador que buscaba por doquier a los Farnacios y mandaba matar a los Jifarés, soñó igualmente con locas alianzas y movimientos que se hacían imposibles. Entre 1940 y 1944 se hubiera debido representar Mitrídates en la Comédie Française. Aunque indudablemente no se habría podido efectuar. ¿No redunda todo ellos en honor de la obra?
     
    Únicamente el amor pierde interés. No se hallan esas parejas femeninas ─Hermione y Andrómaca, Agripina y Junia, Roxana y Atalida─ a quienes el cruel y tierno Racine supo vestir alternativamente y con igual virtuosismo de los colores compartidos de su alma. Y por esta razón ante todo, es por lo que la obra sólo incluye un papel femenino si se exceptúa la obligada confidente.
     
    Esta Mónima, con todo, es una figura admirable y única en todo el teatro de Racine. Amada por tres varones, quiere permanecer fiel al que ama sin engañar a los otros. La confesión que hace a Mitrídates, interrumpida por el famoso verso: «¡Señor, cambiáis de color…!», personifica la rectitud y el valor. Es la inocencia que acaso ve la trampa, pero se arroja a ella por franqueza. Sin duda a Racine le gustaba este pasaje, pues cuentan que se lo había hecho repetir con todos sus matices a la Champmeslé.
     
    Mademoiselle Clairon, en sus Memorias, habla largo y tendido de las dificultades del papel. «Mónima no transita por caminos trillados», exclama. Y es verdad. Posee todas las gracias de la feminidad y no es débil ni torcida. A la violencia y astucia opone su finura de alma.
     
    Chateaubriand veía en la troyana Andrómaca la primera heroína cristiana. Pero no es cierto. Era la ateniense Mónima. Junto a Mitrídates, la figura de Mónima expresa a ratos el sacrificio y voluntad de los mártires. Es el paganismo griego el que recibe los primeros resplandores de una moral nueva.”
     

     

    Contestar
  2. Gerardo García 1:27 pm 1 Abr,2021

    ¿Todo tiene dos caras? ¿Como las “Pedradas” de baldosas mármol que recibí y que al rizar el rizo como hago en el vídeo de abajo, no haya que decir en Jueves Santo “¿Acaso soy yo (sólamente…) o estos de la series del Joven y Nuevo Papa, están peores?”

    Según entendí en un artículo, el Nobel Harold Pinter decía que no había una frontera clara entre lo verdadero y lo falso, que como artista tenía que lidiar con eso y desarrollarlo en su obra… pero, que como ciudadano sí que había necesidad de distinguir entre lo verdadero y lo falso… en lo público, creo que dijo.

    Con el procedimiento Cervantino, también usado por Heimito von Doderer (en Los Demonios) y Jorge Luis Borges (El Aleph); y, que supongo que será más antiguo que Cervantes, von Doderer y Borges, de poner en boca del más “patán” las reflexiones más clarividentes, las series de Sorrentino sobre el Papa confiesan amor por la Iglesia. No llego a tanto pero me gustaría incidir en las reflexiones que desencadenan dichas series de televisión. Agradeciendo la producción de esta colaboración sobre Verdad y PostVerdad, no podía dejar de desar una Semana Santa de Paz y Bien… y de asestar mi rollo este de abajo. Un abrazo

    Gerardo García

    https://www.youtube.com/watch?v=qwgD7S6-hgE

     

     

     

     

    Contestar
  3. honorio cadarso 12:58 pm 27 Mar,2021

     Una suerte escuchar ayer,26, el debate a tres entre dos filósofos italianos y Teresa Forcades sobre verdad y posverdad. Seguro que cogí el rábano por las hojas, pero me atrevo a echar mi cuarto a espadas en el tema.

      Apuntado queda que me sonaba un poco en lejanía lo de  Ortega y Gasset. “yo soy yo y mi circunstancia”. Porque ya antes de Ortega lo decía el refranero español: “las cosas son del color del cristal con que se miran”, o algo así. Y es verdad, un “occidental” no ve las cosas como las ve un chino, un bien alimentado no las ve igual que las ve un muerto de hambre ayer, hoy y mañana y por los siglos de los siglos.

       Y claro, aristotélicos y platónicos y neoliberales o infectados por ese virus no hay manera de que interpreten los hechos y las realidades como Confucio, Buda, Gandhi, Mandela o el Che, o el Papa Francisco.

       Bueno, debo admitir que durante el debate, tanto los dos profesores italianos como Teresa aludieron varias veces a la Ilustración, pero lamento de menos un algo de admiración elogio a esa etapa de la cultura europea que echaron por tierra pontífices, monarcas borbónicos y de toda Europa, y otros criminales de la cultura europeo-occidental.

       No, la cultura china no estaba invitada a este téte-à-téte. La Ilustración, Voltaire, Montesquieu, el jesuíta aquel que logró  dialogar con los sabios de Pekín y la corte imperial china, no habían sido convocados.

       Y resulta que mientras en clave occidental se debatía sobre el INDIVIDUO, entre los confucianos y todos los chinos se impone desde milenios atrás la sagrada figura de la comunidad; y mientras en clave papal y trumpista o como lo digamos se hablaba de Dios trino y unico, que se hizo hombre en Jesús, los confucianos y los chinos ver a Dios, al único Dios verdadero, en todo ser humano sin excepción. Algo que Jesús de Nazaret convertía en aquello de que “lo que hicisteis con el más pequeño de los seres humanos, conmigo lo hicisteis.”

       Y en China, en pocos años, al día siguiente de espantar el opio y eel colonialismo europeo occidental, y el sovietismo estalinista, se pusieron manos a la obra en asegurar a todo ciudadano una buena alimentación, a abrir a todos los jóvenes las puertas de la universidad, a comerciar intercambios culturales y económicos con Africa entera, a enlazar acuerdos de colaboración económica y demás con ese Tercer Mundo que tienen a las puertas…

       Y Leibniz, y Voltaire, y Diderot, esperando a que Europa y Occidente abandonen de una puñetera vez ese insultante apelativo de TERCER MUNDO que nos llama en Arguineguín, en Turquía, en Arabia Saudí, en la frontera mejicana.

        Señores de verdad y posverdad, salten fronteras, dinamiten aduanas intenten dialogar con africanos sabios, que también los hay, y con ojos rasgados, y místicos indios muertos de hambre que se tumban sobre colchones de espinas punzantes.

       Yo les invitaría a una “Moncloa” que hemos montado aquí en Amorebieta, Vizcaya, viejos emigrados de Olivenza, frontera con Portugal por el lado de Extremadura, hijos de fusilados de la guerra civil que no fueron a la escuela, como no fuese a cantar el Cara al Sol y aprender el Padre nuestro, cuyas madres abortaron porque les llegó la hora de parir cuando andaban escardando los campos de trigo de los terrateniente y se les murió la criatura y se murieron ellas, porque solo podían llegar a casa con un burro y el camino era demasiado largo.

       !Vuestra verdad no, nuestra verdad tampoco, vayamos a buscarla todos unidos en buena hermandad!

    Contestar
  4. Antonio Duato 9:10 pm 25 Mar,2021

    Efectivamente, la sesión en VIMEO será grabada y publicada en este mismo sitio.

    Posiblemente tambiénn con l traducción simultánea que será utilizada.

    Contestar
  5. Gonzalo Larruzes 3:32 pm 25 Mar,2021

    ¿Va a quedar grabado para que podamos acceder después los que no podremos conectarnos a esa hora?

    Contestar
  6. Gerardo García 11:11 am 24 Mar,2021

    P/ Teresa Forcades

    La siguiente conferencia de muy reciente publicación, podría añadir al análisis que intentaré seguir el Viernes 26.

    https://www.youtube.com/watch?v=Pxo5eS8l1FQ

    Un saludo afectuoso

    Gerardo García

     

     

    Contestar
  7. Mariana Báez 8:32 pm 23 Mar,2021

    Deseo conectarme

    Contestar
  8. Jaume PATUEL PUIG 2:01 pm 23 Mar,2021

    Hoy va instalándose el pensamiento único y oficial, además de inapelable e intolerante, por lo que creo de gran acierto la mesa redonda puesto que es también un sano riesgo: Disentir o sentir con el pensamiento “oficial” pero críticamente con profundo discernimiento es llave de liberación o salvación. Además, indicador de madurez integral ante toda autoridad sea quien sea-

    Bienvenida la mesa redonda y espero poder estar telemáticamente pero dependerá de si puedo hacer cambios en mi agenda.

    Gracias

    Contestar

Leave a Reply to Antonio Duato Cancelar comentario