Andrea Tornielli, desde el portal Vatican Insider, nos pone sobre aviso de un descarado intento de someter al papa Francisco al control de supuestos expertos en teología que tendrían que velar para el que el papa no se apartara de la fe. ¡Puede haber mayor descaro de los amigos de frenar cualquier cambio legítimo como los que pretende Francisco quien, como aquí de ha defendido, posee mejor teología que Müller y Ratzinger juntos! ¡Vamos, teólogos! Esperamos comentarios
El cardenal alemán preanuncia una inédita competencia para su dicasterio: «estructurar teológicamente un pontificado»
ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO
El cardenal Gerhard Ludwig Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en una de las tantas entrevistas que ha concedido en las últimas semanas y que se concentran sobre el próximo Sínodo, habló de una nueva tarea para su dicasterio. Una tarea que nunca ha sido mencionada en los documentos que describen las precisas competencias del ex-Santo Oficio.
El purpurado alemán, en una entrevista con «La Croix», declaró: «La llegada a la Cátedra de Pedro de un teólogo como Benedicto XVI es probablemente una excepción. Juan XXIII no era tampoco un teólogo de profesión. Papa Francisco es también más pastor y la Congregación para la Doctrina de la Fe tiene una misión de una estructuración teológica del Pontificado». Así pues, según lo que declaró Müller, el ex-Santo Oficio debe «estructurar teológicamente» el Pontificado de Papa Francisco. Y es probable que este sea uno de los motivos por los cuales el Prefecto intervenga tan a menudo en público, como nunca antes había sucedido.
Se trata de una significativa novedad, puesto que según el artículo 48 de la Constitución apostólica sobre la Curia romana «Pastor bonus», promulgada por Juan Pablo II e 1988, «labor propia de la Congregación para la doctrina de la fe es promover y tutelar la doctrina de la fe y las costumbres en todo el orbe católico».
Mientras el Papa «por voluntad de Cristo mismo», como recordó también Francisco durante la clausura del Sínodo de 2014, es el «Pastor y Doctor supremo de todos los fieles» (canon 749). Hasta hace pocas décadas (el último que lo había hecho había sido Pablo VI) era el mismo Pontífice quien presidía en primera persona la Congregación para la Doctrina de la Fe, justamente en razón de esta tarea que sólo recae sobre el Pontífice, en virtud del primado pietrino. Un primado que pertenece al obispo de Roma: presidir «en la caridad» y, si surgieran, también dirimir cuestiones teológicas.
Las palabras del cardenal Müller, con la introducción de la inédita y hasta ahora no formalizada tarea de «estructurar teológicamente un Pontificado», pasaron casi inobservadas. Pero, si por una parte abren escenarios nuevos con respecto a la tradición de la Iglesia, por otra parecerían dar a entender que, según Müller, el actual Pontificado (así como el de san Juan XXIII) no tiene la suficiente «estructura» teológica.
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Fue ya un golpe bajo asociarse a Raymond L Burke y otros para intentar “vacunar” al sínodo publicando un libro precisamente cuestionando la línea que Kasper iba a seguir. Benedicto es un teólogo pero un teólogo corrupto que por proteger su trasero no se opuso a la corrupción protegida, con o sin conocimiento de causa por Juan Pablo II y sus colaboradores cercanos del cual él mismo, Benedicto era uno. Por eso tuvo que renunciar.
Si es un acto de atrevimiento peligroso que alguien al srvicio del Papa auto-defina la función que el Papa le ha encomendado y desde la que juró obediencia y lealtad. Imagino que si la Congregación que el dirige tiene una función nueva o adicional o redefinida debiera haberse publicado el quirógrafo, motru propio, o lo que fuera oficializando la modificación.
Así comienzan estas pescas, de a poco, y fuera simplemente debilidad de parte de Francisco no ponerlo en su lugar como se hace con los teólogos cuando se atreven a opinar y no lo hacen como se les indica. El caso Costadoat en Chile es un caso reciente.
Siento discrepar con Pascual, pero creo que sí hay peligro. Desde hace mucho tiempo el Opus y otros grupos ultraconservadores están tratando de poner la zancadilla al papa Francisco. Quieren quitárselo de en medio, aparcarlo, sentarlo en un asilo. No lo pueden ver porque encarna y representa esa ingenuidad, humildad y fortaleza evangélica que ellos detestan. Lo consideran un débil y un traidor. Y lo creen de verdad. Menos mal que este Papa no tiene ni un pelo de tonto. Dios le asista y le de fuerzas. Aún le esperan muchos sinsabores y mucho sufrimiento.
¡ ánimo Francisco, somos muchísimos los que estamos contigo!
No hay peligro. Francisco, la humildad de Francisco está por encima de todos porque ha tenido la perspicacia de tener la primacía del último, del más pequeño y además tiene las espaldas muy bien guardadas con la sobrada multitud que reza por el Papa.-Lo demás son rabetas de los niños de las plazuelas aunque vistan de rojo llamativo. No importa. Y si es que Dios quiere lo que el Santo Padre pretende en su cruzada de “misericordia”, pues van bien dados. Necesitan los pobrecillos de una oración por sus ataques de genio graniticamente infantil.
Creo que esto es parte de un proyecto más amplio y no deberíamos dejar pasar la ocasión de desmontar al prefecto antes de que los suyos lo carguen de razones. La teología es un servicio a la Iglesia, no el tribunal de pureza de la fe.