Nos enteramos ayer, aunque sabíamos de su ausencia en los últimos años. En esta ocasión solo nos cabe recordar la extraordinaria aportación reflexiva y ejemplo vital que ha regalado Juan de Dios (así se firmaba al principio) a la Iglesia entera y nuestra Iglesia Viva en la que, a lo largo de más de cuarenta años (1974-2015) nos aportó ocho magníficos escritos que hoy se pueden releer en la web. Pero, como testamento y palabra viva final, valga esta breve intervención (menos de diez minutos)