Iglesia Viva cumple cincuenta años
Este número conmemorativo del cincuentenario de Iglesia Viva, podría haber sido el último, el broche de oro de toda una apasionante aventura. Hace dos años, la fragilidad económica e institucional de la revista, unida a la edad avanzada de quienes soportábamos la mayor parte del trabajo de redacción, hizo que nos planteáramos esta fecha como un posible término de una historia, haciendo una cumplida memoria de ella. “Hay un tiempo señalado para todo… tiempo de nacer y tiempo de morir”, nos recuerda Cohélet.
Sin embargo, frente a ese planteamiento que parecía realista, surgió en el mismo seno del Consejo de Dirección una reacción opuesta, que al principio parecía tan utópica como el propósito anunciado por el nuevo papa Francisco de reformar la curia y la Iglesia, según el auténtico evangelio de Jesús y el Espíritu que había soplado en el Vaticano II.
En estos dos últimos años se ha realizado un trabajo de renovación interna de la revista: personas más jóvenes, digitalización, presencia dinámica en Internet, nuevos estatutos de la Asociación. Esto ha permitido que hoy no presentemos este número sobre los 50 años como una memoria final, sino como una llamada a la esperanza. Otra Iglesia viva es posible. Sin dejar de hacer una memoria retrospectiva, todos los artículos de este número miran al futuro, a una nueva etapa, al cambio, a la esperanza.
La revisión de todo lo publicado en Iglesia Viva a lo largo de estos 50 años no se hace con intención autorreferencial o apologética, pues no han faltado críticas a nuestra línea, sino como una invitación a los lectores para que ellos exploren mejor el gran legado que contienen esos textos, que, por otra parte, están hoy fácilmente accesibles en nuestra página web.
A partir de ese legado de fidelidad al espíritu del Vaticano II, en las duras y en las maduras, adquiere sentido la esperanzadora convocatoria a seguir el camino que ahora debemos emprender juntos: aplicar el mismo espíritu fundacional a los problemas y temas de nuestro tiempo, profundizando muy reflexivamente en lo que, desde su alto magisterio, hace el papa Francisco. No queremos seguirlo acríticamente, pero sintonizamos plenamente con él, lo mismo que sintonizamos entonces con el Concilio. Sucedió lo esperado, que acrecentó nuestra esperanza.
Tras una breve evocación histórica a cómo fue el nacimiento de la revista Iglesia Viva y cómo trascurrieron sus diferentes etapas (Antonio DUATO), los siguientes Estudios, todos escritos por miembros del Consejo de Dirección, afrontan ese legado y ese futuro de la revista desde cuatro diversas realidades de la sociedad y la Iglesia.
Joaquín GARCÍA ROCA expone cómo ha ido evolucionando la cultura de nuestra sociedad en estos cincuenta años, cómo hemos ido preocupándonos de estos cambios y, sobre todo, qué estrategias está mostrando Francisco para liderar una nueva cultura de diálogo, solidaridad concreta y paz en la nueva etapa global.
De cómo durante cincuenta años nos ha preocupado encontrar un modelo de organización de la Iglesia que corresponda a su ser sacramento transparente de Dios Amor y Misericordia, habla Joaquín PEREA, quien señala los puntos en que es imprescindible una reforma eclesial. Sobre esto mismo acaba el autor de publicar un libro en PPC que es recensionado en este mismo número.
¿Cómo Iglesia Viva ha hecho teología en el pasado y cómo debe ser la teología cristiana del futuro, para que recupere credibilidad e ilumine la verdadera fe? Responde el estudio de Bernardo PÉREZ ANDREO que apunta hacia una teología de la ternura.
Finalmente, Demetrio VELASCO ha hecho un largo recorrido de cómo Iglesia Viva ha tomado en consideración críticamente las cambiantes circunstancias políticas, iluminando lo que ha de ser un compromiso cristiano en la comunidad política que se inspire en la fe cristiana pero que deje libertad de opciones a los católicos.
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Jon SOBRINO aporta a este número una autorizada historia de cómo el Pacto de las catacumbas, firmado al concluir el Concilio, fructificó en Latinoamérica desde Medellín a Aparecida.
El teólogo Giuseppe Ruggieri nos ha enviado para este número un texto espléndido sobre las reformas de Francisco, destacando la importancia de lo que ya ha conseguido: volver a colocar en el centro mismo de la Iglesia el evangelio de Jesús. Y completan la sección de Signos de los Tiempos Víctor M. MARÍ SÁEZ, recién consejero, que nos cuenta por qué le atrajo el nuevo proyecto de Iglesia Viva; Enric VILÀ, que una vez más nos habla del esfuerzo de los LGTB católicos por conseguir un puesto en la Iglesia y José Mª MONZÓ, que en este año ha hecho pleno al elegir las películas que tan bien nos presenta, pues coinciden con las mejores películas humanistas según el ránking de los expertos.
Cumplimos en este número el compromiso adquirido en el anterior de continuar el A DEBATE sobre el proceso catalán, con una aportación, muy diferente a la anterior, de un suscriptor y colaborador catalán de la revista, Ramón ROSAL.
Y, por fin, hay que destacar la Página Abierta que esta vez hemos reservado para quien consideramos el verdadero artífice de esta manera de ser Iglesia Viva mantenida a lo largo de su historia, siempre fiel al Evangelio del Reino y siempre atenta a las voces del umbral y a los Signos de los tiempos: Rafael BELDA DARDIÑÁ. A él y a todos los que nos han apoyado con artículos, suscripciones y donativos extra, dedicamos este número.
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El color dorado viejo que domina en la portada de este número no solo es una evocación a los 50 años –Bodas de oro– sino un recuerdo del diseño que Maximino Cerezo elaboró para el primer número de la revista, cuando aún no era, el gran artista del cristianismo del pueblo que es hoy.
Hoy también estamos trabajando en el diseño que tendrá la revista que emprenderá la nueva singladura a partir del próximo número. En la nueva página web www.iviva.org pueden verse algunos elementos técnicos y de diseño con que pretendemos adentrarnos en nuevos nichos de lectores, sin abandonar a quienes prefieren el formato trimestral en papel. El próximo número lo está coordinando Teresa Forcades sobre una Iglesia sin misoginia. Seguirán otros sobre la crisis ecológica, el clericalismo persistente, y los problemas del islam. ¿Nos queréis acompañar?
INVITACIÓN A PARTICIPAR EN EL PROYECTO IGLESIA VIVA
Como se dice en la presentación de este número, el éxito de la nueva etapa está en vuestras manos. Solo con una mayor implicación de los suscriptores y amigos de la revista el proyecto saldrá adelante. En el conjunto de este número se explica cuáles son sus objetivos: recoger el legado de los 50 años, para apoyar hoy las reformas que ha reemprendido el papa Francisco y reavivar en la iglesia y la sociedad lo mejor del espíritu del Evangelio de Jesús y del Vaticano II.
Hace poco hacíamos una petición de ayuda urgente para salvar el ejercicio de 2015. Nos llegaron 7.300 € para tapar casi todo el agujero de la subvención ministerial denegada. Esto nos anima a buscar ahora una solución definitiva a la fragilidad económica, para poder así emprender nuevas acciones que mejoren la comunicación.
La Asociación cultural Iglesia Viva, entidad sin fines de lucro, es la titular de la revista. Esperamos que pronto sea reconocida su utilidad pública. Hasta ahora la integraban solo los miembros del Consejo de Dirección. En los nuevos estatutos se prevé la entrada de socios protectores: personas individuales, colectivos, instituciones o empresas. Serán admitidos quienes se comprometan a aportar trabajo importante de voluntariado o una cuota de unos 50 € al mes. También quien haga una legado especial al fondo social de la asociación. Estos socios protectores, dispondrán de varias suscripciones gratuitas a quienes indiquen, tendrán voz y voto en las asambleas y, si les interesa, podrán constar como patrocinadores de las actividades de la asociación.
Así que, para el sostenimiento del proyecto ambicioso de Iglesia Viva, señalamos ya diversas acciones que te invitamos a hacer hoy mismo, si es que este número te ha convencido:
– Envía un correo electrónico a sus@iviva.org, si no has recibido hace poco el aviso de que el nº 264 estaba en la web. ¡Imprescindible!
– Suscríbete, si no lo estás todavía, o invita a otra persona a suscribirse. Para ello, entra en “Regístrate” de www.iviva.org.
– Hazte socio protector de la Asociación Iglesia Viva. O envíanos referencias de alguna persona o entidad a quien crees que podría interesar nuestra invitación. Sobre ello y sobre cualquier otra duda o sugerencia, escribe directamente a nuestro correo iviva@iviva.org.
Estoy personalmente a tu disposición en el 34-963 622 532.
¡Vamos adelante en la nueva época!
Antonio Duato. Secretario y gestor de Iglesia Viva.