[Publicado en Ecclesia el 8-10-2020]
Fratelli tutti: “El amor que va más allá de las barreras de la geografía y el espacio” (FT 1)
Así como la carta a los Romanos expone la síntesis del pensamiento de Pablo, Fratelli tutti, evocando a Francisco de Asís, presenta, con el estilo sistemático y solemne de una encíclica, el magisterio social de Francisco. El que ha pronunciado “a pedazos” en siete años largos de pontificado en Abu Dabi, Hiroshima, Tirana, La Habana, Estrasburgo, Colombo-Sri Lanka, Sarajevo, Río de Janeiro, Bangui, Jerusalén, Amán, Maputo, Nueva York y tantos más.
Su género es el profético. Un aldabonazo, un grito que apela, con toda la fuerza de que es capaz un papa, a la conciencia de la humanidad. El mundo está sin rumbo. La historia está volviendo atrás. Muchos sueños han quedado rotos. Se levantan muros de descarte y división. Las sombras se alargan (9-55). En medio de falsas promesas e incertidumbres Francisco recuerda lo esencial: la dignidad del ser humano. Fratelli tutti es una llamada a reconstruir la convivencia y el rumbo común de la humanidad sobre la base de la fraternidad y la amistad social (2).
Algunos contenidos a destacar.
Primero. La fraternidad de que habla no es la del nosotros, la de los próximos, la familia, el equipo o la nación, sino la que “va más allá de las barreras de la geografía y el espacio” (1). La fraternidad universal. La parábola del samaritano (61-86), que ocupa un lugar clave en el texto, nos habla no del amor al próximo sino del ejercicio de aproximarse al otro, al extraño, al migrante, al pobre, a la víctima. Habla de la práctica de interrumpir tu marcha, tu programa, tu lógica, para atender a la necesidad del otro encontrado en el camino. El texto es una invitación hoy “a que resurja nuestra vocación de ciudadanos”, “constructores de un nuevo vínculo social” y “del bien común”, a “pensar y gestar un mundo abierto” (87 y ss).
Segundo. Hay tres ideologías que salen mal paradas. 1) El neoliberalismo (168). Nombrado tal cual. No “esa economía”. El mercado sólo no resuelve los problemas sociales. La especulación financiera causa estragos. Impone un modelo cultural único (12). 2) El populismo insano (159) que exacerba las inclinaciones más bajas y egoístas de la población y en avasallamiento de las instituciones y la legalidad. 3) El nacionalismo cerrado, exasperado y resentido, xenófobo, que es una nueva forma de egoísmo escondido bajo la excusa del interés nacional (11).
Tercero. Varios subrayados doctrinales: no se abona a la idea del fin del trabajo, lo considera una cuestión central de la sociedad del futuro: “el gran tema es el trabajo” (162). Repropone “la función social de la propiedad” que debe supeditarse al destino universal de los bienes. Dios ha dado la tierra a todo el género humano (118 y ss.). Es significativo el rechazo del negacionismo de la Shoah, del holocausto judío (248) y la reivindicación de la memoria de las víctimas (249). De extrema aplicación en nuestro contexto. No concede margen al militarismo. Propone revisar la doctrina tradicional de la guerra justa para posicionarse taxativamente contra cualquier guerra. No hay excusas para la guerra. Mirar a las víctimas revela el abismo del mal en el corazón de las guerras (261). Finalmente confirma el “firme rechazo a la pena de muerte” (263 y ss).
El título de la encíclica ha sido cuestionado porque fratelli, hermanos, es género masculino. No es inclusivo. Los movimientos de mujeres han propuesto añadir sorelle. Es verdad que en varios números el texto se refiere a hombres y mujeres, de forma novedosa, pero la situación de desigualdad de la mujer en la Iglesia reclama una acción más enérgica. Oportunidad perdida.
Un pequeño detalle para concluir. Si en Evangelii Gaudium nos sorprendió citando el magisterio de conferencias episcopales regionales, no sólo a papas anteriores; si la Laudato si! encontró inspiración en el diálogo con el patriarca ortodoxo Bartolomeo; en Fratelli tutti, nos encontramos citados un gran pensador de nuestro tiempo como es Paul Ricoeur, y un encuentro inspirador para la encíclica, el que tuvo con el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb en Abu Dabi. Diálogo propugnado, diálogo practicado.
El «Cántico de las criaturas,» es un cántico atribuido a Francisco de Asís y cuya versión más antiguo está escrita en dialecto umbro y fechado a finales del año 1224 o principios del 1225, poco tiempo antes de la muerte de Francisco, cuando ya estaba muy enfermo y casi ciego y, según la tradición franciscana, entonó este cántico en presencia de los hermanos León y Angel, dos de sus compañeros más leales y próximos. Pero no existe un manuscrito de Francisco de Asís. El primero en dar cuenta de él es Tommaso da Celano, en 1228, en la biografía más antigua de Francisco de Así, por eso conocida como «Vita Prima.»
El Papa Francisco utilizó las primeras palabras de dicho poema cántico atribuido a Francisco para definir desde la primera palabra el contenido de bien conocida encíclica «Laudato si’.» Ya se sabe que las palabras iniciales de los documentos de los Papa son utilizadas para nombrarlos.
Que yo sepa nadie ha protestado del título de la encíclica de Francisco a pesar de que se trata de una expresión completamente arcaica. Pudieron haberlo acusado de exótico, de elitista, de cualquier cosa por nombrar su encíclica utilizando una lengua tan extraña hasta para los mismos italianos, ya ampliamente en desuso.
Protestar por el título de la Encíclica «Fratelli Tutti» me parece uno de esos extremos que en realidad no se justifican. Si alguien cita un autor, lo debe hacer respetando la forma en que fue escrita la correspondiente cita. Francisco de Asís, según la tradición parece haber utilizado lenguaje inclusivo y por lo tanto hay que citarlo de esa forma.
No mucho después, sino enseguida, el documento del Papa dice lo siguiente: “«Fratelli tutti», escribía san Francisco de Asís para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio”.
Si Francisco de Asís compuso el Cántico con lenguaje inclusivo, el Papa no tarda en desentenderse de la forma inclusiva y muestra su deseo de dirigirse a sus «hermanos y hermanas.»
¿Por qué con eso no basta? ¿Por qué tiene que ser Francisco «políticamente correcto?» ¿Por qué en nombre del reconocimiento de la individualidad se ataca la individualidad misma? ¿Se puede legítimamente en defensa de las diferencias de género o sexo violentar la libertad de expresión? ¿Por qué un valor moral o civil puede violentar a otro? ¿Qué ha pasado con la tolerancia como virtud?