El Secretariado y la Compañía de Jesús permanecen firmemente unidos en solidaridad con nuestro hermano Stan y otros defensores de los derechos humanos
Comunicado del Secretariado de Justicia Social y Ecología, Roma
La Compañía de Jesús está profundamente dolida al enterarse de que el lunes 22 de marzo de 2021, el tribunal especial de la Agencia Nacional de Investigación (NIA por sus siglas en inglés) rechazó la solicitud de libertad bajo fianza de nuestro hermano, el P. Stan Swamy SJ, después de permanecer en la cárcel durante 164 días. El P. Stan fue detenido el 8 de octubre de 2020, en su residencia de Ranchi, en Jharkhand, India y, desde entonces, se encuentra bajo custodia judicial en la prisión de Taloja, cerca de Mumbai, en medio de la pandemia del Covid-19.
Lo que es más preocupante es que se le niegue la libertad bajo fianza a un defensor de los derechos humanos de 83 años que padece diversas enfermedades, incluido Parkinson de gravedad. Como compañeros jesuitas, afirmamos que Stan se comprometió en la defensa de los adivasis (indígenas) y otras comunidades desfavorecidas cuyos derechos fundamentales fueron negados y sistemáticamente pisoteados. Confirmamos que Stan cree, profesa y se compromete inequívocamente en actividades para “asegurar JUSTICIA, LIBERTAD, IGUALDAD a todos sus ciudadanos… y promover la FRATERNIDAD, asegurando la dignidad de la persona y la unidad e integridad de la Nación” (Preámbulo de la Constitución de la India). Los jesuitas también creen y practican los valores del diálogo pacífico y la “no violencia”, tal y como los practicaba Mahatma Gandhi, el padre de la nación.
Como jesuitas presentes en todo el mundo, estamos desconcertados e indignados al leer la orden de 34 páginas del tribunal de la NIA. Basándose en los documentos aportados por la fiscalía, el tribunal ha declarado prima facie que Stan “tramó una grave conspiración, junto con los miembros de la organización prohibida, para crear disturbios en todo el país y dominar al gobierno, políticamente y utilizando la fuerza muscular” (#67). La Compañía de Jesús niega y condena enérgicamente tal declaración del tribunal. Nos unimos a Stan y a muchos otros en esta coyuntura crucial. Nos comprometemos a continuar con nuestro esfuerzo, tanto a nivel nacional como internacional, para sacar a la luz la verdad y la justicia y defender los derechos de las personas vulnerables de una manera pacífica y no violenta.
Como jesuitas que hemos recorrido el difícil camino de estar “en la encrucijada de las ideologías, en las trincheras sociales” (Papa Pablo VI, 3 de diciembre de 1974) durante los últimos cinco siglos, nos hemos enfrentado a innumerables situaciones de este tipo en muchas partes del mundo. Somos conscientes de las consecuencias de nuestra opción por estar con los pobres. Algunos jesuitas, como el Beato Rutilio Grande en El Salvador y A.T. Thomas en Jharkhand, India, que optaron por los pobres, fueron asesinados. De ahí que no nos sorprenda la orden del tribunal especial de la NIA que deniega la libertad bajo fianza al P. Stan.
En este caso, es importante señalar que el ámbito legal de este tribunal especial de la NIA se limita a la Ley de [Prevención de] Actividades Ilegales (UAPA por sus siglas en inglés) y a algunas otras, pero no a todas las leyes de la nación. La ley viola los principios establecidos de “una persona es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad” y la regla general de “la fianza es la norma; la cárcel es la excepción”. La UAPA, al poner la carga de la prueba de la inocencia en el acusado, contraviene estos principios legales. Además, esta ley UAPA fue modificada en julio de 2019. La enmienda realizada en virtud de las secciones 35 y 36 de la Ley Principal de 1967, simplemente faculta al gobierno central para calificar a una persona u organización como “terrorista” y encarcelar a cualquiera que considere indeseable sin apenas posibilidad de fianza. En el actual caso de Bhima Koregaon, algunos han pasado casi 3 años en la cárcel, sin enfrentarse a un juicio.
Lo que está ocurriendo en el país, especialmente en los últimos años, no son incidentes aislados. Son indicativos de un malestar y una erosión de la democracia en la India, como señala el informe internacional sobre la democracia (Democracy under Siege, Freedom in the World 2021, Freedom House). Esta es la situación, no sólo de Stan Swamy, sino también de muchos otros defensores de los derechos humanos, estudiantes, mujeres, campesinos, intelectuales, movimientos de la sociedad civil y cualquiera que se haya atrevido a oponerse o a criticar las políticas del gobierno en los últimos años. Se les tilda de “terroristas, criminales y antinacionales” y se les encarcela indefinidamente en virtud de la draconiana UAPA sin transparencia en la investigación.
En este contexto, recordamos las palabras de Stan en un mensaje de video, grabado apenas dos días antes de su detención: “Lo que me está sucediendo no es algo único que me ocurra a mí solo. Es un proceso más amplio que está teniendo lugar en todo el país… Estoy contento de formar parte de este proceso, porque no soy un espectador silencioso, sino parte de un juego y estoy dispuesto a pagar el precio por ello, sea cual sea“.
Tras su detención, la Compañía de Jesús y diversos grupos de la sociedad civil hicieron campaña, se movilizaron y abogaron en toda la India y en todo el mundo por la liberación de Stan y de otras quince personas que estaban encarceladas desde 2018. En un comunicado de prensa del 20 de octubre de 2020, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó su preocupación por el caso del P. Stan Swamy e instó a las autoridades indias “a liberar a las personas acusadas en virtud de la Ley de Prevención de Actividades Ilegales, por el simple hecho de ejercer los derechos humanos básicos que la India está obligada a proteger”. El 3 de noviembre de 2020, el vicepresidente del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria, la Relatora especial sobre la Situación de los defensores de los derechos humanos y el Relator especial sobre cuestiones de las minorías de las Naciones Unidas publicaron una declaración en la que expresaban su preocupación por la detención arbitraria y el acoso al padre Stan Swamy en respuesta a su labor pacífica en favor de los derechos humanos.
A pesar de nuestro dolor y decepción, nos hacemos eco de las palabras del P. Jerome S. D’Souza SJ, Presidente de la Conferencia Jesuita del Sur de Asia. Tal y como señala en su comunicado de prensa del 22 de marzo de 2021: “Seguimos esperando y rezando para que la justicia prevalezca, y el P. Stan sea liberado pronto y absuelto tras un juicio justo, ya que tenemos una profunda fe en la Constitución de la India y en el poder judicial”. También hacemos nuestras las palabras de San Pablo: “Nos vemos afligidos en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos” (2 Cor. 4: 8-9). En la Semana Santa, las palabras de San Pablo cobran todo su sentido: “Llevamos siempre en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se haga visible en nuestro cuerpo” (2 Cor. 4: 10).
Creemos que “la justicia volverá a ser justicia y todos los rectos de corazón irán tras ella” (Salmo 94: 15). Hacemos un llamamiento a todos los gobiernos, organismos internacionales y grupos y organizaciones de la sociedad civil para que soliciten al Estado indio que derogue la Ley de (Prevención) de Actividades Ilegales, UAPA, y ponga en libertad a Stan y a todos los demás defensores de los derechos humanos inmediatamente.
P. Xavier Jeyaraj SJ
Secretario SJES Roma
31 de marzo de 2021