Tras la reunión celebrada en el Vaticano el 9 y 10 de este mes, sin que el papa asistiese a la clausura y les saludase personalmente como esperaban, los setenta alcaldes y alcaldesas regresaron a sus ciudades, tal un un poco defraudados.
Por eso a los dos días recibieron una muy cariñosa carta personalizada a cada uno o una, pero con texto idéntico para todos.
La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi (5 Stelle), que se encuentra con muchos problemas y que tal vez pronto tenga que dimitir dio a conocer la carta, haciendo referencia a que el papa le trasmitía su apoyo especial en las “luchas y sufrimientos personales” que estaba experimentando. La oposición se indignó del comunicado por entender que era una manipulación de un texto cortés del papa.
Las alcaldesas españolas que le acompañaban en las sesiones no creo que hayan interpretado la carta como Virginia, aunque Ada Colau sí que ha publicado su respuesta, agradeciendo la invitación y asegurándole a Francisco que le enviaría “buena onda” de verdad. Ahí va el texto completo de la curiosa carta:
“Ciudad del Vaticano, 12 de diciembre 2016
Le agradezco por haber participado en la cumbre organizada en mi casa por la Pontificia Academia de las Ciencias en respuesta a mi iniciativa. He seguido de cerca el desarrollo de ambas jornadas y sé de su notable éxito. He querido respetar la libertad de todos y de cada uno. Me agrada la sugerencia de crear una red de Alcaldes. Sé de sus iniciativas, luchas y sufrimientos personales. Por eso le expreso mi admiración y gratitud por lo que hace con inteligencia y con coraje en favor de nuestras hermanas y hermanos refugiados. Las puertas de mi casa estarán siempre abiertas para Usted y para esta nueva red.
Mientras pido al Señor que no la abandone nunca, pero sobre todo en este difícil momento, la acompaño con reconocimiento y afecto. No se olvide de rezar por mí o, si no reza, por favor piénseme bien y envíeme ‘buena onda’.
Francisco”.