El momento de Cataluña

 Jaume Botey es suscriptor de Iglesia Viva desde antes de 1991. Y ha publicado varios artículos en la revista. Dos de ellos trataban de la cuestión catalana (nrs. 260 y 263). En respuesta a la invitación genérica hecha para participar en el blog, nos envía este artículo. 

 

Ante la mayoritaria petición de Referéndum, el Estado responde con violencia, detenciones, interviniendo la Generalitat y gravísimas violaciones de las garantías democráticas. Todo ello pone de manifiesto la debilidad del propio Estado. En contraste, la Generalitat y las instituciones catalanas, intervenidas y humilladas, han recibido un apoyo masivo de la población. El uso partidista que durante tantos años ha hecho el PP en beneficio propio de las instituciones del estado, finalmente se le gira en contra. De manera masiva los catalanes han dicho basta.

Quisiera reflexionar, a tan pocos días del Referéndum, sobre dos factores que creo que condicionan el momento actual, y una tercera consideración final.

Primero, sobre el pacto de la transición.

La negativa continuada al diálogo durante más de siete años y una reacción tan agresiva hace sospechar que el objeto de conflicto va más allá de la negativa al Referéndum. Que estamos ante el derrumbe de lo que fue el pacto de la transición.

La transición, y su cristalización en la Constitución, fue el resultado de un “pacto” en el que los poderes fácticos del franquismo -judicial, militar, político, económico, financiero, agrario, eclesiástico, de seguridad, en lo energético, medios de comunicación etc- aceptaron un cambio en las formas “a fin de que todo cambie para que todo siga igual”, según el cínico aforismo del Gatopardo. Se pactó la monarquía como clave de bóveda del sistema y los militares impusieron “la indivisible unidad de España” (artículo 2 de la Constitución). Sobre esta estructura se construyó el relato de “la transición ejemplar”.

Pero todo se ha hundido. Los hechos han puesto de manifiesto que hoy los poderes fácticos están en las mismas manos que antes y que funcionan con los mismos criterios de antes. Se ha hecho evidente:

  • que la gestión de la crisis ha provocado un incremento escandaloso de las distancias sociales, se ha impuesto una reforma laboral contra conquistas que parecían definitivas, han aumentado los desahucios etc. Se ha hecho evidente que los poderes económicos nunca habían creído lo del estado del bienestar.
  • que en lo político se ha deteriorado la esencia de la democracia, la distinción entre los poderes del Estado.
  • que la historia que se ha explicado la escribieron sólo los ganadores. Hoy quedan aún miles de muertos en las cunetas con la explícita voluntad que queden cerradas para siempre.
  • que el creciente movimiento republicano cuestiona el Modelo de Estado y que la monarquía ha perdido la autoridad moral y la capacidad de arbitraje.
  • que los medios de comunicación mienten y calumnian con impunidad respecto de Cataluña.
  • que la solución del “café para todos” en el tema territorial no responde a la realidad social, es injusta y un nido de enfrentamientos.

Y así en tantas otras dimensiones. La transición garantizó que la oligarquía franquista pudiera seguir controlando el país. Y la interpretación regresiva y recentralizadora de la constitución ha hecho inviables los aspectos progresistas que contenía. El Referéndum pone sobre la mesa los fundamentos sobre los que se construyó esta democracia española. Hace años Rajoy pudo reconducir el conflicto, pero en lugar de ello ha provocado continuados incendios. Su imprudencia, ceguera o pasividad han puesto en entredicho toda la estructura pactada en la transición: monarquia, justicia, aparatos de seguridad, medios de comunicación. Y es obvio que los sectores que se beneficiaron harán todo lo posible para impedirlo.

Segundo, sobre los condicionantes de las izquierdas.

La lucha por un mundo mejor tiene muchas vertientes: derechos sociales, de género, de medio-ambiente, de paz, el derecho a la libertad de expresión, respeto al pluralismo, a los derechos colectivos, los derechos de las naciones. Contemplar la plenitud de la persona sólo desde una de estas dimensiones es reduccionista. Por eso es un error grave contraponer Derechos Sociales (laborales y los que corresponden al estado del bienestar) al ejercicio del derecho a la libertad colectiva. La dignidad de la persona es un todo, indivisible.

Las izquierdas, sobre todo la izquierda política, por una lectura unilateral de los clásicos, siempre ha tenido dificultades para asumir los valores de los nuevos movimientos sociales que iban apareciendo: feminismo, ecología, pacifismo, objeción de conciencia, diálogo con cristianos, etc. Los incorpora una vez han sido asumidos socialmente, y finalmente forman parte de su patrimonio cultural e ideológico. Así ocurrirá también con los Derechos Nacionales.

Lo que pasa ahora en Cataluña no es un hecho de la “burguesía”, sino un hecho sociológicamente transversal. La defensa de la democracia y participación es un hecho transversal. Y la defensa de la identidad de Cataluña como nación en el momento actual es también un hecho transversal que comparte gente de diferentes clases sociales, ideologías, procedencias y edad. Leer lo que pasa como una “manipulación” de la derecha es ceguera

Tercero, sobre el deber cristiano y la noviolencia

No puedo dejar de tener presente la enorme responsabilidad que en estos momentos tenemos los cristianos. Necesitamos tender puentes, fomentar el diálogo, ser agentes de paz, crear espacios de reconciliación, con voluntad de convencer, no de vencer. Y en mi opinión a partir de los principios de no violencia. La historia nos enseña que sólo desde la no agresividad es posible avanzar. Estoy convencido de que todo el Nuevo Testamento y las actitudes de Jesús son una proclama y ejemplo de noviolencia.

Noviolencia significa tener actitudes de amor al adversario, de disposición a escuchar, de duda de poseer la verdad, significa actitudes de acogida, de la firme voluntad de no dañar al que piensa diferente. Pero también significa actitudes de fortaleza, manteniendo las convicciones, poniendo al adversario frente a sus propias  contradicciones o hasta que nos convenza de lo contrario, estar dispuesto a sacrificios, de una continuada necesidad de purificación, que por creyentes a menudo significa ayuno y oración.

Termino con unos fragmentos de la declaración conjunta que las entidades Cristianismo en el Siglo XXI e Iglesia Plural acabamos de entregar a los medios. En el primer párrafo, Manifestamos

“Que el Evangelio de Jesús nos compromete, como cristianos y cristianas, a participar activamente en la creación de sociedades más justas y libres al servicio de la realización integral de la persona humana.

Que todo pueblo tiene el derecho inalienable a autodeterminarse, que emana de los derechos fundamentales de la persona humana, y que, por eso mismo, debe ser promovido, ejercido y defendido por aquellas instituciones que rigen la vida colectiva, ya sea ​​a nivel mundial, estatal o local. Este derecho está recogido y afirmado en la Doctrina Social de la Iglesia católica.

Que la paz entre los pueblos se construye en base a la justicia, el respeto, el diálogo y la cooperación”.

Jaume Botey, 23 de septiembre 2017

5 thoughts on “El momento de Cataluña

  1. Xabier Pikaza (autor de 14 artículos en IV) 1:51 pm 27 Sep,2017

    1. No hay una, sino varias “cataluñas” y varias españas, y algún filósofo quiso aplicar el famoso adagio de Aristóteles (Mt 4) donde afirma que el “ser” (to on) se dice polakhôs, de diversas maneras… Posiblemente nos hemos enrocado en un tipo de “españa” que no funciona… como no funciona un tipo único de “cataluña”. Se trataría de desmontar relatos unilaterales, de crear aproximaciones… y de suscitar empatías. Evidentemente, cada uno cuenta la feria desde su rincón… Pero es evidente que ha que coordinar ferias…y ferias, sabiendo que al fin lo mejor para España es lo mejor para Cataluña y viceversa. Si lo mejor para Cataluña fuera su independencia… eso sería también lo mejor para España, un aldabonazo, un revulsivo.. 

    2. El argumento de la Constitución es importante… Pero un constitucionalista nos decía en la Ibero que la Constitución no es simplemente una ley, sino un espíritu, un espacio de diálogo. Es claro que hemos petrificado un tipo de constitución, quizá porque no hay políticos de altura, quizá porque no hay deseo de escuchar al otro… Acudir sólo a la Constitución para imponer una respuesta significa no entender las preguntas de fondo, ni los problemas reales. Personalmente, vengo de la Biblia, donde se conservan “con plena validez” al menos tres códigos legales (Doc. de la alianza, Deuteronomio y Levítico)…Eso significa que en cada caso hay que ir más allá de la letra, pues la letra puede ser múltiple y sólo la letra destruye.

    3. Hemos comentado las frases y principios de siempre… Desde aquel donde se dice que pura lex summa iniuria, hasta aquel otro más popular que afirma “cuando un necio toma una linde la linde acaba y el necio sigue”. Es evidente que estamos llenos de necios que se han salido de la linde, de un lado y del otro. Ciertamente, hay muchos argumentos valiosos en principio, tanto en plano histórico, como cultural… Pero ningún argumento se puede llevar hasta el final sin matizaciones, sin comparaciones etc.

    4. Es fundamental no tener miedo a ninguna solución… Ni a la independencia de Cataluña (que tendría que buscar nuevamente lazos fuerte con España y Francia), ni al mantenimiento de Cataluña dentro del Estado Español, siempre que ese Estado se entienda con humor y generosidad, no como finca particular de algunos. No existen ya soberanías absolutas (ni en moneda, ni en ejército…) y hay que acostumbrarse a pactar dejando que los diversos poderes actúen con autonomía, dejando siempre espacio libre a la creatividad, sin medio a opresiones de Barcelona ni de Madrid.

    5. Personalmente, me gustaría que Cataluña siguiera encuadrada, en un sentido amplio, dentro de un Estado Español distinto del actual, por convencimiento y por opción. En esa línea pienso que un tipo de referendum es necesario, y cuando más rápido se haga, y con mayores garantías de neutralidad… por parte de todos mejor. Las cosas hay que hablarlas, y aquí hay cosas que no se han hablado. No se puede afirmar que esto ha sido así desde siempre… Los que venimos del duro Franco sabemos que es preciso un estilo nuevo de conversación, de escucha, de sintonía… Para ello me gustaría que desapareciera un tipo de “oligarquía” política actual… Necesitamos nuevos políticos con algo de inteligencia, que nos representen de verdad, que no nos engañen…

    6. Pero mucho más que la “dependencia” o “independencia” de Cataluña me importa la libertad personal. social, económica, de los catalanes y del resto de los españoles. En este momento, me siento mucho más cerca de Portugal, que está a la vuelta de la esquina del pueblo en que vivo (en Salamanca). El hecho de que Portugal sea otro “estado” dentro de la Europa más o menos común no me importa nada… Me siento feliz cuando paso la raya de Portugal… y ni siquiera me planteo si es otro estado o el mismo de España. Por otra parte me siento vinculado a Catalunya por mil razones de historia y afecto, empezando por el hecho de que mi padre marino y mi madre se encontraron allí un tiempo largo (en el Puerto de Barcelona), para engendrarme allí… He estado muchas veces en Cataluña, allí me han curado con gran generosidad. Por eso, y por otra razones, quiero que los catalanes desplieguen su cultura milenaria, su creatividad, su vocación de “mediterráneos” y de “hispanos” (quizá desde la perspectiva de la Marca Hispanica del comienzo de su historia).

    7. Lamento infinitamente la falta de respeto con que se mueven muchos políticos y periodistas… Muchos se han pasado de la raya en los insultos y las descalificaciones, tanto por parte de España como por parte de Cataluña (aunque yo he percibido más los insultos desde la parte de España, pues en esta parte vivo ahora, quizá esté equivocado). Me parece vergonzoso el tipo de “estado de sitio” con el que se quiere impedir el referendum… Algunos del gobierno de Madrid le están haciendo el favor del siglo a un tipo de catalanistas.

    8. Finalmente, me gustaría vincular la experiencia de patria/nación y la experiencia de clase social (en la línea de la liberación de los pobres). En una entrada de mi blog he recordado la situación de los últimos meses de Barcelona ante de ser tomada por las tropas fascistas, las luchas entre nacionalistas y anarcos/comunistas etc. No sé si hemos aprendido demasiado. Conservo vivísimo el recuerdo de mi madre desterrada… y de mi destierro, con mis hermanos. No quisiera que se vuelva a dar algo como aquello. 

     

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  2. Alberto Martínez Genique (susc. desde 2005 y socio p. de IV) 12:42 pm 27 Sep,2017

    En mi opinión, la opción de independencia, que es defendible (aunque yo no la comparto), se ha planteado de forma equivocada por unos dirigentes que arrastran a una parte de los catalanes en pos de una utopía que me parece inviable, dada la correlación de fuerzas, y asimismo inconveniente, pues perjudicaría no sólo los intereses económicos y sociales del resto de España, sino también de Cataluña.  El mundo se va haciendo pequeño y el ejemplo de Europa, superando enfrentamientos seculares, es un buen espejo en el que mirarse.

    Lo que menos me gusta es la utilización de argumentos falsos y la manipulación de los sentimientos en Cataluña y también en algunos puntos del resto de España.

    Tampoco me parece aceptable que el Gobierno haya pasado por alto la dimensión política del problema y haya confiado, prácticamente en exclusiva, la solución del problema a un poder judicial, que no  goza de una confianza total y generalizada.

    Me gusta lo que dice González Faus. También las intervenciones de Josep Borrell. Yo he echado en falta, entre otras cosas, lo siguiente.

    – la creación y funcionamiento de un foro, accesible a través de todas las televisiones, en el que historiadores, economistas y sociólogos, hubieran podido ofrecer sus diferentes datos, argumentos y puntos de vista. De forma “civilizada”

    – la voz de la Iglesia, recordando que todos somos hermanos y debemos buscar el entendimiento a través del diálogo y las recíprocas cesiones en nuestras particulares ambiciones y deseos, elaborando un proyecto ilusionante para bien de todos.

    – la actuación de políticos de altura como tenían los que pactaron la Constitución de 1978.

    Espero que unas nuevas elecciones, dentro del marco legal, permitan restañar heridas.

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  3. Luis Troyano 10:03 pm 26 Sep,2017

    “La que mos han formao los payos. Con el cachico tierra y las ocho horas”.

    Esto decían los gitanos en alguna parte de Andalucía, Refiriéndose al follón previo y durante, la sublevación de Franco. Los anarquistas reivindicaban, Ocho horas de trabajo. Y un cachico de tierra para utilizar como huerto.

    “El proletariado tiene patria.”. SI. Pero lo primordial para el es dar de comer a su prole.

    Hay una carencia escalofriante, en un sinfín de hogares y personas. Y una inseguridad…..

    Esta muy bien. Es legitimo el movimiento social en Cataluña, por un real autogobierno.

    Yo. Proletario. Me pregunto. Muy bien. Ya se ha proclamado la República Catalana.

    ¿Donde quedamos pues los proletarios? en la nueva República. Y mientras tanto se establece ¿que?. Quedamos que primero es comer y luego filosofar. ¿Que programa hay para hoy y para mañana, para el pueblo. Creo que no lo airean, Porque ni la izquierda catalanista, Sabe en donde nos meten. Con la estelada no se come. Y esto se tiene que estudiar, planificar y masticar. Muy bien. A ver si vamos de “Guatemala a guatepeor”.

    “Es igual. La libertad tiene un precio”. Cuidado. Yo quiero saber. Cual es el precio.

    Los comunistas. Prometían una “Arcadia Feliz”. Y después de cruzar el desierto. Con carcel, torturas etc. Nos encontramos con un despeñadero, los proletarios.

    No quiero ser aguafiestas. Solo digo que no nos embalemos y miremos de vez en cuando por el retrovisor. “Nadar y guardar la ropa”.

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  4. María Salomé Balsells (suscriptora rciente de IV) 1:28 pm 26 Sep,2017

    Hola, me invitais a que “exprese libremente, pero con serenidad y argumentación, mi opinión” sobre el tema tan grave como es el de Catalunya.

    Mi humilde opinión se centra más en lo que siento y como lo siento.  Lo que estamos viviendo en Catalunya,  viene de lejos, hace años que se está gestando, a nivel económico, social, religioso y político.

    Soy de un pueblo pequeño, con muchos defectos y también cosas buenas, que marcaron el hoy. Han pasado los tiempos de los “Aplecs de Sardanas”, del Escultismo, del Excursionismo, de los grupos de Colonias, de las Corales, del teatro de aficionados en cada pueblo, del entusiasmo por el Concilio Vaticano II, de comprometerse por la Paz y no a la OTAN, de vivir muchas prohibiciones: lengua, cultura, reunión, cantos, música, asociarse, de vivir dificultades de trabajo, desprecio del mundo rural, del campo… más hoy las personas nos hemos ido curtiendo, en nuestros pueblos, hemos ido participando en grupos y asociaciones que han sido escuela de aprendizaje, de organización social, grupal, de análisis, debate colectivo, consensos,  hoy no se podría explicar la facilidad que hay para, en un momento dado, convocar, movilizar, pacíficamente a tantas personas, des del voluntariado, de forma pacífica, organizada a tomar partido, cada cual con su opinión y también por el derecho a decidir. (En mi pueblo de unos 5.550 habitantes, hay más de 60 asociaciones sociales, culturales, religiosas, recreativas, justicia i paz, deportes, de estudio,… con distintos objetivos y actividades muy plurales, las cuales llenan de vitalidad la realidad social).

    Hoy veo Catalunya con nuestras manifestaciones masivas, festivas de un pueblo que sabe organizarse, con gran iniciativa social, con posturas pacificas, educadas en la diversidad, en el respeto al diferente, dialogo y voluntad en un objetivo claro, generalizado, de apertura al siglo XXI, conseguir un estado un país nuevo donde sea posible llevar a cabo las reformas necesarias, para conseguir elaborar entre todos y todas esa realidad quizás utópica pero necesaria para seguir caminando de la  “Republica del 99%”, qué des de abajo se va gestando con muchas dificultades, pero en camino abierto, hacia un proceso constituyente para llegar un día a la Republica Catalana.

    La gravedad de estos días, es fuerte, muy fuerte. Se dan situaciones de violencia constitucional antidemocráticas, recortes a los derechos humanos, Mi rechazo absoluto a la vulneración de los derechos políticos, sociales, humanos, a la negación de libertad que el Gobierno español  lleva a cabo contra el Gobierno de la Generalitat y pueblo catalán. Al uso de la fuerza y judicialización del problema, en lugar del dialogo y debate político, intentando enmudecer con el miedo y la fuerza policial al deseo popular de autodeterminación. Las manipulaciones de los medios de comunicación, los engaños informativos, tertulias burlescas, ofensivas. Han llevado a un resultado que revierte, “yo no era independentista, ahora sí soy independentista”, en Catalunya este sentimiento ha crecido de forma exponencial.

    Poner unas urnas para votar, no es delito.

    El día 1 de octubre se va a votar, a pesar de las condiciones represivas.

    Que nos pueda más el AMOR y comprensión que la venganza y el odio.

    Como persona creyente, encuentro cada vez más puntos de similitud en las actitudes y el hacer de Jesús de Nazaret, Él mirando la realidad cercana, sus ojos fijos en sus semejantes y el corazón abierto; violentó las leyes de su pueblo para dar prioridad a la persona, al hombre y la mujer, atados estos a las leyes escritas, que no respondían las necesidades del momento histórico.

    Hoy creo, debemos ser acompañantes de los derechos humanos, legítimos de la voluntad de la ciudadanía. El pueblo catalán llevamos años en ese proceso, hoy como grupo hemos perdido el miedo, aunque soy débil y me asusta el saber encauzar este momento serenamente, estoy en ello, le llaman:

    “la revolución de las sonrisas”

    Des de esa voluntad de paz,  ni vencidos ni vencedores…

    Humanos, con dignidad y respeto para todos

    María Salomé

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  5. Félix García Moriyón (autor de IV: nrs. 170 y 202) 8:03 am 26 Sep,2017

    Toda Constitución es un pacto entre fuerzas con intereses divergentes, y eso fue también la del 78. A la vista de la muy mayoritaria aprobación en su día y de los resultados, no se puede negar que fue una buena constitución. La mejora de la calidad de vida de los españoles ha sido significativa y los niveles de democracia y libertad absolutamente parangonables a los de países similares, en concreto a países de la UE.

    La dura crisis iniciada en 2007 también se ha resuelto según la correlación de fuerzas del momento. La ofensiva neoliberal para recuperar poder ha sido muy dura y ha derrotado claramente a sindicatos y fuerzas de izquierdas. Ha dado fuerza y vigor a tendencias de ultraderecha, a tendencias identitarias que buscan soluciones en el aislamiento, ha debilitado claramente la lucha sindical y los partidos de “izquierdas” (en un sentido muy laxo de la palabra) son minoría real prácticamente en toda la UE. Un desastre. Rajoy no es más que uno de esos líderes de la derecha dura que ha “solucionado” la crisis pasando la factura a las clases más desfavorecidas. Como lo son todos los políticos procedentes de CIU, actualmente en al PdCat. No veo diferencia sustanciales en cuanto a la actuación política y social entre Mas-Puigdemont y Rajoy-Santamaría.

    En ese marco, la propuesta secesionista de una parte importante (mayoría parlamentaria y minoría ciudadana, según las últimas elecciones) de la ciudadanía catalana es una manifestación más de formas erróneas de salir de la crisis, proporcionando a la gente ideales cargados de sentimientos muy movilizadores. Que duda cabe que el conflicto catalán es antiguo, sobre el que se ha hablado yPD. hasta la saciedad sin llegar nunca a soluciones que satisfagan a todas las partes. Los políticos en general, y no solo Rajoy, han mostrado profunda incapacidad de llegar a acuerdos y al final pagaremos los de abajo.

    En estos momentos concretos, está clara que la convocatoria de 1-O es algo ilegítimo e ilegal. Ilegal puesto que lo ocurrido en el Parlament de Cataluña es un ejemplo perfecto de prácticas no democráticas; es ilegal porque no está previsto en la Constitución española; y es ilegítimo porque no puede apelar a autodeterminación (no se aplica en este caso) y porque excluye al resto del pueblo soberano de España de votar en un asunto que les incumbe y afecta plenamente. El lema machacón de que se impide al pueblo catalán votar y decidir es una falacia que ha gozado de aceptación entre mucha gente. Desde luego, apoyar que una de las regiones más ricas de España, pueda decidir sin contar con el resto del país del que forman parte su secesión es una reivindicación que no es de izquierdas ni de derechas, aunque en el fondo es más bien de derechas, sobre todo cuando va vinculada a la exaltación del nacionalismo político.

    Desgraciadamente hemos llegado hasta aquí. Esperemos que no se agrave la situación en estos días que quedan. La razón y la legalidad están del lado de quienes intentan que no se celebre el referendum, lo que no avala todo lo que hacen para impedirlo. Esperemos que no haya violencia física, de la otra ya hay mucha por todas partes, y que al terminar siga el diálogo que siempre ha habido, pero bastante más fructífero.

    PD. Dada la situación, la declaración de la Conferencia Episcopal Tarraconense me parece un grave error. Toman partido por una opción política clara en un momento de enfrentamiento, en la sociedad española y, más en concreto, en la catalana (todavía parte de la española), a la que orientan en su tarea episcopal.

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